Las recomendaciones que aquí expondré se han establecido pensando en un caso clínico tipo, sin considerar las variables o circunstancias personales de cada paciente que definitivamente deben guiar al profesional para establecer unas pautas personalizadas.
- Estancia hospitalaria:
- Iniciar movilización y retirar sonda vesical después de la primera noche, si la herida está bien.
- Iniciar tolerancia cuando se expulsen gases. Algunos pacientes refieren hinchazón abdominal, náuseas y falta de apetito tras la cirugía. Esto es debido, en la mayoría de los casos, a una «parálisis intestinal» refleja (íleo paralítico) y suele recuperarse en días.
- Pasamos a medicación oral a partir de las primeras 12h si el paciente ha tolerado y el dolor está controlado.
- Alta a partir de las 48-72 horas si la herida presenta buen aspecto, el dolor se controla con medicación oral y se han descartado otras complicaciones.
- Seguimiento en consulta: habitualmente realizo un seguimiento periódico clínico/RX durante los primeros 2-3 años de postoperatorio (la RM lumbar no suele ser necesaria salvo en casos concretos):
- 6º mes: RX control AP/lat/dinámicas raquis lumbar
- Anual: RX control AP/lat/dinámicas raquis lumbar
- Restricción de actividades diarias hasta la primera visita (1-2 meses)
- evitar carga de peso
- evitar posturas forzadas mantenidas
- evitar movimientos bruscos y saltos
- evitar conducir largas distancias
- Cura de herida quirúrgica y control de Tª diaria
- curas planas diarias con betadine. Es habitual que la herida manche apósito durante los primeros días. Si tiene aspecto de agua de lavar carne, huele bien y va reduciéndose de manera progresiva, hay que realizar vigilancia. Si el exudado es purulento, la herida duele mucho o se ve cada vez más inflamada, es recomendable acudir a revisión. Si aparece fiebre en los primeros días tras el alta, debe acudir a urgencias para descartar infección asociada (la de orina, vías respiratorias y herida quirúrgica son las causas más frecuentes).
- retirar sutura/agrafes a partir de las dos semanas en centro de salud asignado.
- Evitar mojar la herida hasta la retirada de sutura. Si se moja hay que secarla, pintarla con betadine, esperar que se seque y cubrir de nuevo con apósito. No se recomienda mechar estas heridas en caso de retraso de cicatrización o exudado persistente: debe ser valorada por su cirujano.
- Prevención de trombosis venosa profunda. El médico suele pautar heparina de bajo peso molecular que suele iniciarse tras las primeras 24h de la cirugía y se mantiene los primeros 10 días. Es conveniente que el paciente realice movimientos de flexo/extensión de los pies a menudo durante el postoperatorio inmediato y que acuda a urgencias si nota dolor, calor o inflamación en la pantorrilla. Por desgracia, la trombosis venosa en las piernas puede acontecer de manera asintomática y en pacientes con profilaxis de heparina.
- Rehabilitación/fisioterapia: no siempre es necesaria. En mi práctica habitual no suelo recomendar fisioterapia/rehabilitación durante los primeros dos meses de postoperatorio inmediato porque la mayoría de las complicaciones relacionadas con las prótesis implantadas suelen aparecer en este periodo y existe riesgo de herniación abdominal si no se realiza bajo vigilancia profesional. Considero estos meses claves para mantener la estabilidad estructural y facilitar la osteointegración del implante, por lo que los ejercicios realizados deben ser pasivos. En caso de que el paciente presente clínica neurológica debe valorarse de manera particular el riesgo/beneficio para iniciarla lo más pronto posible.
- Antiinflamatorios: sabemos que el uso de antiinflamatorios, el tabaco, la osteoporosis y la diabetes favorecen la aparición de pseudoartrosis o mala integración del implante. El uso de antiinflamatorios (tto eficaz para la contractura) deben restringirse a la pauta establecida por el cirujano.
- Corsé/faja: se recomienda una faja de refuerzo abdominal para evitar herniación de pared.
- Ejercicios recomendados:
- A partir del primer mes puede iniciarse fisioterapia muscular pasiva y calor seco en caso de contractura. El uso puntual de lumbostato también es una opción valorable.
- El paciente puede caminar desde el día del alta. La idea es que realice varios paseos diarios sobre suelo plano, con periodos de reposo intermedio.
- Bicicleta: puede realizar bicicleta estática con el tronco recto a partir de las 6 semanas.
- Natación: tras la primera consulta el especialista valorará la evolución del implante y la situación clínica para iniciar la natación. En mi caso personal, recomiendo practicar la técnica que se domine, en sentido aeróbico (movimientos lentos, casi «conscientes») e ir incrementando el tiempo en función de la respuesta.
- Yoga/Taichi/acuagym, etc…: no me atrevo a recomendar (ni prohibir) unas disciplinas que desconozco en profundidad y dependen tanto del entrenador personal.