Las fracturas vertebrales en el contexto de un traumatismo de alta energía constituyen una patología quirúrgica compleja que debe tratarse en centros especializados.
Sin embargo, no resulta infrecuente valorar en consultas fracturas tratadas de manera conservadora cuyo dolor no ha remitido, asociadas o no a deformidad.
En otras ocasiones, un traumatismo o esfuerzo de baja energía (a veces puede pasar desapercibido) puede desencadenar una fractura, sobre todo si está asociada a osteoporosis, enfermedades reumáticas o enfermedades malignas.
La instrumentación percutánea o “MIS”, en esto último caso, tiene mucho interés porque los pacientes presentan muchos problemas de salud asociados que contraindicarían o por lo menos una cirugía muy agresiva.
La cifoplastia y la vertebroplastia ofrecen resultados inmediatos, con estancia hospitalaria corta además de poder obtener un resultado histopatológico de la lesión (biopsia).
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