El TLIF (trans lateral interbody fusion) es una de las técnicas de fusión circunferencial (que significa, básicamente, instrumentar la columna “alrededor de toda la circunferencia del saco dural”) más utilizadas en cirugía de columna.
Puede realizarse de manera abierta o a través de una técnica MIS/percutánea.
Consiste en colocar tornillos transpediculares en los cuatro pedículos adyacentes al disco, eliminar una faceta, realizar una discectomía a través del foramen y colocar una caja intersomática generalmente con forma de “banana” en el tercio anterior del disco (foto).
En general, prefiero la técnica abierta si existe compromiso de canal (y hay que asociar al TLIF otra técnica descompresiva): ejecutando un TLIF puro, apenas se visualiza el saco dural y el disco que subyace al saco dural (suelo usar el microscopio -o lupas con LED- para acceder al disco, que simplifica la disección).
Para mí, es la técnica de elección para fusión posterior L5-S1. En el resto de niveles suelo emplearla si va a ser necesario realizar una artrectomía unilateral y discectomía (en abierto) o si existe una pérdida de balance sagital o coronal (en este caso, también se podría realizar un PLIF desde el lado más colapsado).
Una de las indicaciones más aceptadas es la hernia transforaminal asociada a inestabilidad. En este caso, a diferencia de las hernias centrales o paracentrales, la raíz más afectada es la superior al nivel en cuestión (por poner un ejemplo práctico: una hernia foraminal/extraforaminal L4-L5, afectará con mayor probabilidad a la raíz postganglionar L4; mientras que una hernia intracanal no migrada suele afectar al “hombro” de la raíz L5).
En casos de reintervención donde voy a asociar una artrodesis, también suele ser mi técnica preferente, ya que mediante un TLIF solo accederé al canal desde un campo virgen, casi tangencial, evitando gran parte de la fibrosis derivada de la cirugía previa.
TLIF en 14 fases (imágenes obtenidas en espécimen)
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